Sí, ese mismo día, unas horas más tarde se disputaría una competencia para determinar quien de los dos cocinaba las mejores mollejas.
Hablaron sobre el tema aproximadamente 30 minutos.
Texturas, lugares para comprarlas, cortes, formas de cocción, condimentos, preparación previa y muchas otras cosas que ya no recuerdo.
Esa charla me despertó curiosidad sobre una cosa:
¿De que podría hablar yo con tanto conocimiento? ¿Cuál sería mi tema? ¿Sobre qué hablaría horas y horas sabiéndome una eminencia en el tema?
No encontré nada.
Fue frustrante.
Suelo hablar mucho sobre muchas cosas, pero mi tema... Aun no lo descubrí.
Vos sabés cuál es el tuyo?
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