lunes, 27 de julio de 2015

La dificultad del Laberinto

A una semana del día del amigo, me remonto a 1994 cuando estaba en salita de 5.

En el preescolar de mi colegio estaba muy de moda un cuadernillo de una ranita que tenía juegos y ejercicios para divertirse aprendiendo o aprender divirtiéndose.

Una mañana recuerdo que mi amiga de toda la vida (en aquel momento la conocía desde hacía 3 años) estaba tratando de terminar uno de los ejercicios. Un laberinto...

Sí, esos dibujos raros que arrancaban donde estaba la ranita y debías "ayudarla a llegar al otro lado para comer a las moscas".

Ella es de junio, por lo que siempre iba un poco más lento (con el tiempo se le pasó e incluso llegó a ser psicóloga).

Yo ya había terminado y me puse a ver que era lo que estaba haciendo y por qué tardaba tanto.
Para mi sorpresa, no solo no lograba llegar a destino, sino que también se estaba chocando contra todos los bordes.

Antes de que exista el concepto de bullying comencé a molestarla y a cantarle una canción que podría ser algo así como: "se pasaaa de looos boooordesss, se pasaaa de looos boooordesss, se pasaaa de looos boooordesss"

Si bien fue muy cruel en aquel momento, hoy nos reímos de eso.

Hoy 21 años después quiero compartirte el truquito por el cual yo terminaba antes.
Arrancaba desde las moscas y hacía el camino inverso... Shh... ;)

Haciendo laberintos como mi mejor amiga.

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