viernes, 4 de diciembre de 2015

Soy coleccionista matriculado de pelotudeces

Cuando vivía con mi familia no era un problema porque había mucho espacio para tener basura y cuando no servía más (servía menos de lo que servía antes) pasaba a la terraza (un gran deposito de basura).

Ahora que vivo con mi novia, percibí que me hace desaparecer ciertas cosas que yo venía separando para un futuro.

Yo: "Amor, ¿dónde esta la cajita del modem que deje por acá?"
Ella: Ni idea.

Yo: "Che, ¿Sabés donde están las botellitas vacías de las salsa de soja y que lave?"
Ella: Nunca las vi.

Yo: "Mel, ¿viste mi envase de shampoo vacío que deje en el baño?"
Ella: Lo habrás tirado.

Esta última frase me cacheteó.
Yo nunca tiro cosas que siento que en un futuro cercano (año y medio) me pueden llegar a ser útiles.
Jamás lo hubiera tirado.

Acá había gato encerrado.
Mi propia novia me estaba tirando mis cosas que yo separaba especialmente.

La encaré y después de varias presiones confesó.

Confesó con el pretexto de que COLECCIONO BASURA.

¡¿A VOS TE PARECE?!
Yo recupero los objetos que la gente descarta.
Soy un cartonero de la vida.

Mis amigos psicólogos podrán decir que me cuesta desprenderme de las cosas.
Pero la realidad es que un palito de sushi puede servir para enderezar los tomatitos de mi huerta.
Una caja vacía siempre es necesaria.
Un hilo puede llegar a salvarte en un momento de apuro.

Soy un incomprendido.
No guardo basura.
Veo valor donde la mayoría no lo ve.

La próxima vez que estés por tirar algo pensalo dos veces.
A vos no te hubiera gustado que tus viejos te tiren por ahí a la primera cagada que hiciste.



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