Hoy me cague en la China

A partir de mi mudanza la vianda para mis almuerzos recae 100% en mí.
Por lo que tuve que ingeniarme para hacer cosas rápidas, sanas y ricas.

Generalmente no me salgo de fideos, polenta, milanesa con pure, empanadas o ensaladas.

Últimamente con el cansancio y la falta de ideas incursioné en algo nuevo.
La comida por peso de los chinos de Once.

La idea nunca me gusto.
No me gusta.
Y dudo que me guste en algún momento.

Pero como soluciona el tema y no es caro, se convierte en una buena opción cuando no logro prepararme vianda.

Esto comenzó hace un par de meses y hoy por hoy ya tengo más o menos estudiado el peso exacto antes de llegar a la caja.
Gasto exactamente entre $23 y $24,50.

La china que me atiende me suele decir que no tiene cambio y que si no me molesta que me de caramelos en lugar de las monedas.
Cada caramelo cuesta para ellos $0,50.
Por ende me suele dar entre uno y cuatro caramelos.

El último viernes no tenía vianda y decidí vengarme.
Arme mi bandeja para que me cueste $23,50 e hice la fila.

Llegó mi turno, la china lo pesa y me dice:
Son $23,50. (En realidad eran $23,44)
Feliz de haberlo logrado le extendí un billete de $20 y uno de $5.

Como siempre me dijo: "No tengo monedas, ¿te puedo dar caramelos?"

¡Era mi momento!

Le dije que no se preocupe que hoy yo traje cambio.
Me devolvió los billetes y metí la mano en la bolsita que traía y vacié los 48 caramelos sobre el mostrador.

"¡Quedate con el cambio!"

Agarré mi comida, me di vuelta y me fui.