viernes, 12 de agosto de 2016

La emoción de los juegos olímpicos

Hoy quiero escribir un poco sobre lo que siento cuando veo los Juegos Olímpicos.

Es raro.
Muchas cosas que a simple vista son "normales" me emocionan.
Muchas veces me pongo contento por gente que capaz nunca había escuchado antes.
Festejo triunfos de países que jamás festejaría.
Celebro segundos y hasta terceros puestos, algo que no haría en otros aspectos de la vida.

Insisto con que es raro.
Nunca tuve ídolos.
Pero en los JJ.OO. siento que me acerco bastante a tenerlos.

Escuchar al relator contando la historia de un simple chico que era diferenciado del resto de sus compañeros porque era "un poco hiperquinético" y hoy es una leyenda mundial.

Enterarme la historia de una chica salida de la favela que hace poco le decían "el mono" de forma totalmente discriminatoria y hoy un estadio con miles de personas festeja y se apropia de una medalla que ella logró por sus méritos personales.

Ver llorar a una madre, totalmente emocionada por un tercer puesto de un hijo al cual viene acompañando hace años y en el cual siempre confió.

Escuchar que un deportista que se preparó durante cuatro años para 15 minutos de acción se lesiona y queda fuera de todo tipo de competición.

Ver un equipo que más allá de estar perdiendo por goleada contra los mejores del mundo siguen dejando todo hasta el último minuto.

Encontrar un nadador que se preparó para el momento más importante de su vida durante 26 años que largó en falso por milésimas de segundos y salió del agua totalmente desconsolado y destrozado.

Todas esas cosas y muchas más me emocionan. Sacan algo lindo de mí.
Me hacen darme cuenta que los esfuerzos dan resultados.
Que el apoyo del entorno es importante.
Que como educadores marcamos a la gente desde los primeros años de vida.

Los Juegos Olímpicos son lo máximo, me encanta este mes que está cargado de emociones y situaciones geniales.

¡Disfrutemos!



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