Todo comienza con un "Porqué nunca me sorprendes?", o un "A fulanita el novio le hizo una sorpresa increíble!".
El hombre registra este tipo de frases y se pone al acecho en búsqueda de un "algo" para sorprenderla.
Esperamos horas y días hasta que se le escapa un deseo en voz alta.
Y ahí comienza el plan.
La gran pregunta es cómo mantener esa sorpresa...
La mayor dificultad llega unos días antes ya que es importante avisarle que se reserve tal día entre tal franja horaria.
"Por qué?", "Para qué?", y "Que vamos a hacer?" se convierten en nuestros peores enemigos.
Si querés sorprenderte dejate de joder y no preguntes TODO!
Suponiendo que logramos sobrepasar estas preguntas con unas respuestas evasivas llegamos a la etapa final.
EL DÍA D!
Ya muy nerviosa empieza desde temprano con el "Y que ropa tengo que ponerme?"
Para el hombre un jean y una remera soluciona todo... pero ellas tienen una remera para cada ocasión. Un jean que se ajusta mejor dependiendo del restaurante. Una pulsera o collar que se adecua a cierta salida.
Entonces ahí vos empezás a transpirar y a arrepentirte de haber pensado en sorprenderla.
Ahora no solo va a estar enojada porque la sorprendiste, sino que te vas a comer unas puteadas por haberle dicho mal que ropa debía usar.
Ahí haces una evaluación completa de la situación y resolvés que por tu bien abandonas la sorpresa y le contás el plan.
Terminada la salida generalmente dice que le gustó, pero que hubiera sido mejor si era sorpresa.
Las mujeres son difíciles...
Pero...
Así es la vida!
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