martes, 6 de octubre de 2015

El primer planteo

Y un día llegó.
Esto pasó hace un tiempo pero esperé a que pase un poco de agua bajo el puente.

Una noche, antes de acostarnos, mi conviviente se acerca y me dice una de esas frases cliché en la que el hombre ya sabe que se viene un reto, una puteada o un reclamo.

Era el primer planteo formal.
¿La convivencia estaba en crisis?

"Esto así no puede seguir"
"Estoy cansada de tu ropa tirada por todos lados del living"

Ahí la frené y le dije que la ropa no estaba ni tirada, ni por todos lados.
Trate de explicarle mi orden.
En el living yo tengo dos espacios:

  • Mis dos sillas de la mesa del comedor.
  • Mi "silla para ropa de bicicleta".

En la primera dejo la ropa que voy a usar al día siguiente o el abrigo de turno.
En la segunda dejo todo lo que implica vestuario de ciclista (casco, guantes, abrigo, y eso...).

A mi gusto esta todo perfectamente ordenado.
Para ella no.

Volviendo al reclamo ella seguía con un poco de esto:

"¡Antes mi mamá dejaba todo tirado y ahora vos!"
"Vos me dijiste que no hacía bien las compras y lo modifiqué"
(Nota de autor: léase no hace más las compras.)
"Yo apenas llego guardo todo en mi placard"

Me di vuelta porque sentí que la discusión no iba a llegar a ningún lado.

"No vale darse vuelta cuando el otro está hablando"

¡Se asoma a mi lado y se da cuenta de todo!

"¿Qué estas anotando en tu celular?"
"¡Estás tomando nota de lo que te digo para el blog de mierda!"

No lo aguantó y se rió. Cortito. Pero me di cuenta. El planteo se caía a pedazos. Tenía media batalla ganada.

Gracias a que pude anotar ahora tengo las frases textuales.

De todas formar ahora guardo toda la ropa en mi placard apenas me la saco.


La foto no es personal, ni los personajes se asemejan a la realidad.

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